Joan Miró y Josep Llorens Artigas en los años 1910 en la escuela de arte que el pintor Francesc Galí (1880-1965) tenía en Barcelona.
[2] En 1955 responsables de la UNESCO se pusieron en contacto con Joan Miró para pedirle si quería formar parte del equipo de artistas que decorarían la futura sede de la institución que se ubicaría en París.
Miró propuso realizar un mural cerámico en colaboración con Llorens Artigas.
El año siguiente, en 1957, fue a las Cuevas de Altamira con Llorens Artigas para inspirarse para la realización de la obra,[4][5] que originó "los primeros murales del mundo".
[3] La obra del sol está firmada como Miró/ARTIGAS en la parte inferior izquierda y la de la luna en la parte inferior derecha.