Estos municipios se caracterizan por el monolingüismo de los servicios internos (es decir, la administración trabaja en un solo idioma) y un bilingüismo externo (es decir, la administración utiliza las dos lenguas en sus relaciones con la ciudadanía).En estos municipios, los ciudadanos también pueden solicitar a la administración documentos administrativos en su propio idioma, siempre que se cumplan unas normas legales muy específicas.Desde 1921, Bélgica está oficialmente dividida en dos entidades monolingües separadas: una región de habla francesa y una región de habla flamenca (variedad del neerlandés).Los partidos políticos flamencos, con el fin de poner un límite a esta situación (afrancesamiento del territorio flamenco, denominado "olievlek" - mancha de aceite), promueven y contribuyen a aprobar dos leyes, en 1962 y 1963, que fijan definitivamente las fronteras lingüísticas mediante el establecimiento de una lista de municipios en los que, a requerimiento del ciudadano, la administración municipal está obligada a comunicarse en la lengua no propia de la región.Las dos leyes mencionadas anteriormente fueron interpretadas de manera diferente por los dos grupos lingüísticos en los años posteriores y todavía hoy sigue siendo objeto de debate si las leyes fueron transitorias (posición flamenca) o definitivas (posición francófona).