Debe su nombre a Juana Villasmil, una notable mujer de posición económica holgada y muy bondadosa.
Llegó a Cabimas durante la segunda década de 1800, acompañada por su esposo Lorenzo Romero.
El matrimonio se estableció en un hato, el cual con el tiempo se llamó Tía Juana (existían otros hatos en la zona de lo que hoy es municipio dedicados a la producción de ganado cuyos nombres registra la historia:Unión, Campo Alegre, Ulé, los cuales no pertenecían a Juana) donde constantemente eran visitados por sus sobrinos, quienes hicieron famoso el lugar de su tía debido a los numerosos invitados que recibían.
El potencial económico del municipio lo constituyen los yacimientos petroleros (campos Tía Juana Tierra y Tía Juana Lago), tiene los patios de Tanques Ulé y Taparito, la planta Ulé que bombea crudo hacia el complejo refinador Paraguaná (CRP) y el muelle de Tía Juana donde anclan tanqueros petroleros, además de la industria metalmecánica que le presta servicios a la industria petrolera.
La explotación petrolera a través de casi 60 años contrasta con las condiciones socioeconómicas en las que viven sus habitantes.