Es la herramienta básica e indispensable para establecer un programa de fertilización.
[1][2] El muestreo consiste en la recolección de una determinada cantidad de suelo, en una unidad homogénea, como un lote o sector del lote, con características similares, a una profundidad determinada para monitorear su condición o estatus.
[3] Sirve como herramienta para planificar estrategias de conservación de sus propiedades químicas, físicas y biológicas.
En el caso de caracterizar un lote a través de diferentes indicadores edáficos, se recomienda realizar un muestreo en los meses sin cultivo, posteriores a la cosecha, repitiendo siempre en la misma época los muestreos posteriores para poder comparar resultados y minimizar los errores de interpretación que pudieran derivarse de las variaciones climáticas anuales.
Se recomienda la participación de un técnico y del productor para la diagramación del croquis y extracción de las muestras[4]