[5] La población aimara de la ciudad de Ilave también se levantó en protestas y dos patrullas vieron complicado su avance, por lo que decidió retornar a sus cuarteles, pero los manifestantes bloqueaban el puente que pasaba el río y unía a Juli e Ilave, por lo que una orden superior les asignó cruzar el río Ilave.[2] Uno de los sobrevivientes ya en el cuartel general de Puno afirmó que entre «800 a 900 personas» rodearon a los militares y los acosaron para que se metan al río y no permitirles salir.[3] Los fallecidos fueron seis, la mayoría cabos,[2] de origen puneño y etnia aimara.[1] Algunos comuneros ofrecieron agua y ropa seca, además de transporte para que sean atendidos en centros médicos.León calificó el accidente de «asesinato» y dijo que los militares también «son hijos suyos».