Sus pinturas, murales, y bocetos están marcados por un erotismo sensual, el cual es especialmente evidente en sus dibujos a lápiz.
Es una alegoría en estilo Art Nouveau con un claro decorativismo propio de su fase Dorada.
La pintura mide 178 x 198 centímetros y se exhibe en el Museo Leopold de Viena.
A la izquierda la Muerte es representada como un esqueleto con un cuerpo desproporcionadamente alargado cubierto por una túnica de tonos azules y morados llena de cruces, probable alusión a la Resurrección.
Poco después de la acción, funcionarios del museo informaron que la pintura no sufrió daños gracias al vidrio protector.