Mozo de cámara

En todo momento del día y la noche, hasta que éste se quería acostar, estaban donde su persona real estaba, excepto si se había retirado y había mandado a los reposteros de camas que guardaran la puerta por fuera y quería estar solo o con algún particular o en consejo.Pero en cualquier otro momento estaban los de la cámara con el príncipe en cuerpo y sin bonete ni pantuflos ni espada y en especial dos de ellos, a quienes cabía la guardia de aquel día, para que su amo les enviara al camarero con algún recado o también fuera de palacio a mandar o decir lo que era servido.Cuando volvía de cazar por la noche, llevaba la maleta a la cámara y el día siguiente por la mañana iba a limpiar la ropa de la maleta.Así que uno de estos mozos de cámara de las armas era el que llevaba la espada y la daga cada noche al tiempo que la persona real se acostaba y por la mañana al tiempo del vestir la tornaba a la cámara.Tenían que andar siempre en la cámara un par de lanternas.Se le aposentaba cerca de palacio (en buena posada para sus criados y bestias) o dentro de él cuando había lugar, porque era muy necesario que estuviera cerca del retrete.