Los vientos predominantes en el Pacífico Sur podrían explicar que las islas Chatham fueran de los últimos territorios en ser descubiertos y colonizados por los polinesios.
La prohibición de la guerra y el canibalismo se atribuye a su antepasado Nunuku-whenua.
Los ingleses llegaron a las islas a finales del siglo XVIII y las reclamaron para Gran Bretaña, bautizándolas con el nombre del HMS Chatham, barco en el que arribaron por primera vez.
Muchas mujeres moriori tenían hijos con sus amos y algunas se casaron con maoríes o europeos.
En la actualidad, a pesar de las dificultades y del genocidio que sufrieron los moriori, y gracias a un incesante estoicismo y a la tranquila resignación que imponen sus tradiciones, la cultura moriori está disfrutando de un renacimiento, tanto en las Chatham como en las islas principales de Nueva Zelanda.
En noviembre de 2011 organizaron el Primer Congreso por la Paz, la Sostenibilidad y el Respeto a lo Sagrado.
Hoy en día se ha corregido la didáctica tradicional de las escuelas neozelandesas que con tintes racistas mostraba, hasta bien entrado el siglo XX, a los moriori como «perezosos, estúpidos, con nariz chata y la piel muy oscura»[2] para así «justificar» la invasión maorí como «pueblo superior» para, a su vez, justificar la colonización británica.