En lingüística, la mora es una unidad que mide el peso silábico, es decir, la duración de los segmentos fonológicos que componen la sílaba.
[1][2][3] Gobierna la distribución temporal y la acentuación en algunas lenguas, aunque no en todas el nivel moraico es relevante; en las que no, el concepto de mora se confunde con el de sílaba.
Por ejemplo, en latín la división en moras es del siguiente tipo: En latín, el número de moras regula la posición del acento (este cae en la penúltima mora antes de la última vocal).
Las sílabas, de acuerdo a su estructura moraica, se distinguen en ligeras (o monomoraicas), pesadas (bimoraicas) y ultrapesadas (trimoraicas).
La división moraica se fija del siguiente modo: En sánscrito, existen vocales llamadas pluti que pesan tres moras por sí solas, un fenómeno desconocido en otras lenguas.