En el Alfabeto Fonético Internacional, las vocales largas se representan seguidas del símbolo [ː].
En la transcripción usual de muchas lenguas, las vocales largas se denotan con un macrón sobre la vocal: ā, ē, ī, ō, ū, (o en mayúscula Ā, Ē, Ī, Ō, Ū).
Sin embargo, en las lenguas románicas pueden ocurrir vocales largas como fenómenos de contacto, o por factores prosódicos (en italiano una vocal acentuada se alarga fonéticamente, aunque eso no conlleva que la distinción de cantidad sea fonológica en esa lengua).
Eso significa que en esas lenguas hay una distinción entre vocales largas y breves.
Así en inglés o alemán las vocales breves tienden frecuentemente a ser más laxas y abiertas que sus correspondientes largas (y lo mismo se deduciría para el latín a partir de las lenguas romances, o del indoario antiguo a partir de las lenguas indoarias modernas).