El autor, Andreu Alfaro, busca con este monumento rendir homenaje a la mujer trabajadora tarrasense.
Como estructura, es un largo tirabuzón cónico de unos 40 metros de altura y más de 60 toneladas de peso, hecho en acero corten, formado por dos planos entrelazados estrechándose a medida que la altura aumenta, emulando las trenzas que llevaban las mujeres que trabajaban en las fábricas textiles de la ciudad.
En la precariedad de estas fábricas se habían producido numerosos accidentes en que las trenzas de las trabajadoras quedaban enredadas en la maquinaria, matándolas en el acto.
El autor honra con este monumento a todas las mujeres trabajadoras de las fábricas textiles de la ciudad de Tarrasa.
Además, por su tipo de material, el monumento adopta tonalidades y colores diferentes según la hora del día.