La cabeza y el torso habían sido destruidos por saqueadores, al utilizar explosivos tratando de removerla del lugar.
[3] En 1996, la arqueóloga argentina María Constanza Ceruti condujo una nueva investigación en el lugar, pero no localizó otros artefactos.
[4] En febrero de 1999 Reihard y Ceruti, juntamente con el arqueólogo peruano José Antonio Chávez, condujeron una nueva expedición al Quehuar.
Es probable que estas construcciones hayan servido como refugio para quienes iban camino a la cima.
No hay una puerta de entrada al recinto, solamente un nicho sobre la pared exterior.
Las paredes están orientadas a 114°, es decir, en alineación con el sol naciente durante el solsticio de diciembre, un evento importante en el calendario religioso inca.
La plataforma posee una rampa o escalera de 3,2 por 2,5 metros que da acceso a la misma desde el sur.
[1] Solamente se halló una estatuilla representando una figura humana femenina hecha de spondylus o mullu, una concha marina.