Las momias suelen aparecer en los géneros de terror como criaturas no muertas envueltas en vendas.
El género de las momias tiene sus orígenes en el siglo XIX cuando Egipto estaba siendo colonizado por Francia y, posteriormente, por la Gran Bretaña victoriana.
Las primeras momias vivientes en la ficción eran en su mayoría mujeres y se presentaban bajo una luz romántica y sexual, a menudo como intereses amorosos del protagonista; esto representaba metafóricamente el orientalismo sexualizado y la romantización colonial de Oriente.
Ejemplos notables de esta tendencia incluyen The Mummy's Foot por Théophile Gautier, The Jewel of Seven Stars de Bram Stoker, The Ring of Thoth por Arthur Conan Doyle, She: A History of Adventure y Smith and the Pharaohs por H. Rider Haggard, My New Year's Eve Among the Mummies por Grant Allen, The Unseen Man's Story por Julian Hawthorne e Iras: A Mystery por H. D. Everett; este último en realidad hace que el protagonista se case con una momia que toma la forma de una hermosa mujer.
[1] Sin embargo, el final del siglo XX vio el resurgimiento del interés en el arquetipo de la "momia romántica", comenzando con la novela de 1989 The Mummy, or Ramses the Damned por Anne Rice, que involucraba una relación sexual entre una momia masculina benévola y una mujer arqueóloga.