Las ruedas verticales se usaban durante el Imperio Romano a partir de finales del primer siglo dC y fueron descritas por Vitruvio.
[2] Los molinos hidráulicos continuaron usándose hasta fin del año 1000 y aún más allá en algunos casos.
El primer molino de viento harinero se construyó en los actuales Afganistán, Pakistán e Irán hacia los siglos IX y X.
[3] Los molinos modernos típicamente utilizan electricidad o combustibles fósiles para hacer girar las piezas, por ejemplo rodillos, de acero o hierro fundido y así separar la parte interior del grano del salvado.
[4] Se ha argumentado que con la molturación a la piedra, que es más lenta que con los metales, la harina no se calienta tanto y la grasa del grano no se oxida tan deprisa (por oxidación beta) y no tiene un fácil enranciamiento además de conservar mejor algunas vitaminas como la tiamina.