Con base en estos estudios, el emprendedor decidió aprovechar el canal veneciano para un transporte veloz por el agua del grano destinado al molino, situado en la isla de Giudecca.
[1] En 1895 el complejo preexistente sobre el que se erigía el molino fue ampliado según el proyecto del arquitecto Wullekopf y subdividido en distintas zonas: la primera, mayor y a desarrollo vertical, incluía el molino, los almacenes y los silos, además de las oficinas; la segunda, constituida por edificios más bajos, albergaba solo la fábrica de pasta.
Wullekopf dotó al edificio de su característica fachada neogótica con el nombre del propietario del molino impreso coronado por un gigantesco reloj, una fachada que se ha convertido desde entonces en un símbolo de la arquitectura industrial italiana.
Adquirida en 1994 por la sociedad Acqua Pia Antica Marcia, perteneciente al Gruppo Acqua Marcia, la antigua zona industrial se puso cuatro años bajo la tutela de la Superintendencia de Bellas Artes.
En 2016 la propiedad fue vendida por el Gruppo Acqua Marcia, en administración controlada, a The Marseglia Group.