Dibujada por Adolfo Samper y publicada en el diario vespertino Mundo al día, que pertenecía a Arturo Manrique.
[3]La historia siempre aparecía en la última página o contraportada del diario,[4] esta se imprimía en un papel esmaltado, mostrando la importancia que le daba Arturo Manrique a la publicación de este cómic.
[8] Se cree que la idea fue de Arturo Manrique, quien en ese momento era el dueño del periódico Mundo al día.
[1] En este momento fue cuando contactó a Adolfo Samper y le pidió que hiciera una copia al cómic estadounidense Smitty de Walter Berndt publicada en The Chicago Tribune.
[5] Con el paso del tiempo Samper deja de copiar a Smitty y crea sus propias historias con los mismos personajes.