En el año 845 la ciudad fue invadida por los normandos liderados por Roger I de Hauteville.
Durante los siglos XIII y XIV estuvo bajo dominio español, con los condes de Gualtieri.
Durante el último siglo la ciudad se ha extendido y desarrollado nuevos suburbios que incluyen Sacro Cuore (o «Sorda»), Monserrato, Idria, a los que a menudo se refieren como «Módica Moderna»; tanto los barrios antiguos como los modernos están actualmente unidos por uno de los puentes más altos de Europa, el puente Guerrieri (126 m).
El historiador de arte Maurizio Fagiolo dell'Arco ha declarado que tal iglesia podría ser inscrita entre las siete maravillas del mundo barroco.
La parte de la escalinata bajo la calle se proyectó en 1874 por el arquitecto Alessandro Cappellani Judica.
La iglesia de Santa María de Jesús (1478-1481) y el convento anejo (1478-1520), declarados Monumento Nacional, pertenecieron a los Franciscanos Menores Observantes y conservan un espléndido claustro a dos órdenes en estilo gótico-tardío, con columnas decoradas extraordinariamente con espigas, rosas y mil otras maneras diferentes, cada una divergida de las otras.
Hay otra importante iglesia dedicada a San Pedro (San Pietro) en Modica Bassa, cuya fachada principal está coronada por un típico campanario barroco siciliano de 49 metros de alto.
Una bella escalinata con las estatuas de los doce apóstoles lleva a la sobria fachada.
Aquí se administraba también justicia, siendo sede de la Gran Corte, convertida desde 1816 en Tribunal civil y penal de I grado y Corte d'Assise, mientras la ciudad se convirtió en capital del Circondario della Intendenza, y la sede de todos los cargos permaneció en el castillo hasta el año 1865.
En los últimos años se han radicado industrias textiles, de mobiliario y automotrices.