Modelo 1 a 1

Aun así, el Modelo 1 a 1 requiere una inversión institucional sustancial por parte de los Estados Nacionales o instituciones.Por tanto, la relación entre la inversión global y el beneficio del Modelo 1 a 1 es un tema de debate.Durante la primera década del siglo XXI, con computadoras móviles y conexión a Internet.Dotados con una interfase específicamente educativa (Sugar), OLPC salió a la luz con un equipo denominado XO.La iniciativa se replicó con esos u otros equipos en países como India, Israel, Uruguay (Plan Ceibal) y en algunas provincias de la Argentina.[2]​ Algunas escuelas incluso han realizado por etapas la integración del Modelo 1 a 1, porque no había ninguna evidencia de beneficios académicos.[3]​ Otros estudios han mostrado algún progreso en temas concretos, especialmente en escribir puntuaciones, que son correlativas con el uso de las portátiles escolares.La amplia variedad de resultados para los programas 1:1 significa que no hay ningún consenso en sus beneficios o inconvenientes.Las cosas de la escuela son importantes, pero también es importante relacionarlas con ese aprendizaje en Internet, en la cultura popular, en los medios y la televisión porque esta es una generación que está aprendiendo en muchísimos lugares y en un montón de maneras distintas".Algunos ejemplos implementados del Modelo Computacional 1 a 1 pueden encontrarse en algunos países latinoamericanos, región en donde la República de Uruguay fue pionera desde el año 2006, seguido por Chile en 2009 y Argentina en 2010.Es importante reconocer que los contextos y condiciones de puesta en marcha de los proyectos latinoamericanos son distintos y por ende, las recomendaciones[10]​ son ideas clave, ejes, referencias a tener en cuenta, no determinantes.Este proyecto fue creado por decreto del Gobierno Nacional 459/10 bajo la Ley de Educación 26206 y tuvo un alcance hasta el 2011.Esta nueva tecnología hizo que 472.242 docentes se capacitaran mediante cursos semi presenciales.