Edades del hombre

Describe que al principio los dioses crearon una estirpe dorada de mortales.

Estos existieron en tiempos del reinado de Crono y vivían como si fueran dioses, es decir, sin fatigas, preocupaciones ni miserias.

No conocían la muerte sino que, en vez de eso, se sumían en un sueño.

Ejercían violencia todo el tiempo y no querían dar culto a los dioses haciendo sacrificios.

Todo en ellos era de bronce, sus armas, sus casas y sus trabajos, no había hierro.

Aunque eran terribles, de ellos se apoderó la muerte y murieron sin dejar nombre.

Los malvados tratarán de perjudicar a las personas virtuosas con discursos retorcidos y juramentos.

No procreaban entre sí, sino que nacían de la tierra, pues al invertirse el curso del universo se invertía el proceso de nacimiento, y quienes yacían bajo tierra se restituían y renacían.

Cronos cuidaba por completo del universo y de los hombres, todas las partes del mundo estaban distribuidas entre los dioses que las gobernaban, los animales eran pastoreados según sus razas y rebaños por divinidades inferiores, cada una de las cuales se arreglaba por sí sola ara apacentar su respectivo rebaño, por lo que no había animales salvajes y los animales no se devoraban unos a otros, no existía ningún tipo de guerra ni discordia.

En la Edad de Bronce, los hombres viven para la guerra, pero no son impiadosos.

Dató las edades así: Vernant sostiene[2]​ que Hesíodo intenta dar una lección con el mito, que dirige a su hermano Perses, y al mismo tiempo vale para los reyes y lo resume con una fórmula: "escucha a la Justicia (Δίκη), no dejes crecer la desmesura (ὕβρις)."

Hesíodo no tiene la noción de tiempo único y homogéneo dentro del cual las diversas razas vendrían a fijarse en un puesto definitivo.

Las edades se suceden para formar un ciclo completo que acabado, recomienza.

Pero esos tipos de existencia muestran diferencias en cada uno de los niveles estructurales en los que se articula la sociedad indoeuropea primitiva, tal como lo vio Georges Dumézil: un estrato "real", otro guerrero y otro agricultor.

Y aunque Hesíodo muestra a continuación una sola raza final, la de hierro, a la que él mismo pertenece, la muestra desdoblada: primero en la Edad Contemporánea del poeta, en la que los bienes y los males se presentan todavía juntos, luego en un futuro en el que ya no quedarán bienes y donde Dike habría volado definitivamente al Olimpo.

Así, también este desdoblamiento cumpliría la función de representar al estrato campesino en su tipo vital justo e injusto.

Das silberne Zeitalter (La Edad de Plata), de Lucas Cranach el Viejo (1.ª mitad del siglo XVI ).
Grabado para el libro I de Las metamorfosis de Ovidio .