Una expresión literaria que expresa sentimientos misoteístas es la atribuida por Goethe a su Prometeo, compuesto en 1770, contemporáneo de los primeros movimientos de ateísmo modernos.
Es un concepto relacionado con el de malteísmo (disteísmo), la creencia de que Dios existe, pero no es completamente bueno y que es posiblemente malo.
Muchas deidades politeístas, desde épocas prehistóricas, se han catalogado como ni buenas ni malas, o poseyendo ambas características.
A pesar de ello el disteísmo es normalmente utilizado en referencia a Dios, la deidad omnipotente de las creencias monoteístas.
La palabra inglesa parece ser un término acuñado por Thomas de Quincey en 1846.