La Misa, un género musical sacro, es una composición coral que traslada la música a secciones fijas de la liturgia.
Las misas pueden ser a cappella (para voz humana sola) o acompañadas por los instrumentos musicales, hasta incluir una orquesta completa.
Sin embargo nuevas formas de liturgia han restaurado el Gloria a su lugar tradicional.
Hemos visto que las primeras misas se datan de hecho en el siglo XIV.
La mayor parte de las misas del siglo XV son misas unitarias que emplean un tema común, el cantus firmus, tomado prestado del canto gregoriano, que se toma para la voz más aguda.
A finales del siglo XV, algunos compositores como Guillaume Dufay, Johannes Ockeghem y Jacob Obrecht emplean algunas melodías profanas como cantus firmus.
Se trata, en primer lugar, de la técnica de escritura en imitación, la « misa paráfrasis », en la cual un motivo musical llevado por una primera voz se retoma sucesivamente por una segunda, después por una tercera mientras que la primera pasa al motivo siguiente.
También aparece la « misa parodia » (también llamada ‘’misa de imitación’’) en la cual el compositor retoma y desarrolla un motete o una canción polifónica, que se canta con la letra del Ordinario.En la usanza francesa de la (Escuela francoflamenca), estas producciones litúrgicas se cantaban a cinco voces, o a veces seis, incluso más como por ejemplo Antoine Brumel, quien integró varias misas en una, la Misa del terremoto (Et ecce terræ motus) a doce voces.
Este último compuso numerosas misas y quizás era el compositor más importante del Renacimiento.
En fin otros músicos como Orlando di Lasso, instalado en Múnich, es decir, a una distancia cómoda de las reformas tridentinas, continuaron escribiendo misas parodias sobre melodías profanas.
[10] Después del Renacimiento, la misa tendió a no ser el género principal de un compositor, si bien algunas de las obras musicales más famosas del Barroco, período clásico o romántico son misas.
Alessandro Scarlatti (Misa de Santa Cecilia) y Giovanni Battista Pergolesi (Gran Misa solemne en Fa, llamada Missa Romana, a diez voces, doble coro, dos orquestas y dos órganos) enriquecen junto a los anteriores el repertorio sacro.
No solamente se cantan los textos en inglés, sino que el Gloria viene generalmente en última posición.