Mirtis de Antedón

[1]​[2]​ Plutarco cita a Mirtis como fuente de la historia que explica por qué las mujeres tenían prohibido entrar en un bosque sagrado dedicado al héroe local, Eunosto, en la ciudad beocia de Tanagra.

[1]​ El poema de Mirtis explica cómo una mujer llamada Ocna, prima de Eunosto, fue rechazada por él y, enfadada y desesperada por el amor no correspondido, le dijo a sus hermanos que Eunosto la había violado, tras lo que le mataron, tras ser capturado por su padre.

[1]​ Ocna, pidiendo la compasión de sus hermanos, confesó su mentira; se le permitió exiliarse, y terminó con su vida saltando desde un acantilado.

[1]​ Según la Suda, Mirtis fue llamada «dulce sonido» por Antípatro de Tesalónica y «voz clara» por Corina.

[4]​ Taciano, un retórico ambulante y apologista cristiano del siglo II, dijo que una estatua de bronce de Mirtis fue hecha por el desconocido escultor Boisco.

Croquis de 1879 de un fresco pompeyano destruido, mostrando lo que parecen ser las figuras de Píndaro, sentado, junto a Corina y Mirtis.