Algunos también contienen hidratos de carbono (glucoproteínas), lípidos y aminas biógenas, mientras que otros incluyen aminoácidos libres.
Muchas especies de serpientes venenosas secretan toxinas que inducen necrosis de músculo esquelético (mionecrosis), las cuales contribuyen a digerir la presa y causan un significativo daño al tejido en los accidentes por envenenamiento en humanos.
[7] También se cree que las miotoxinas pueden actuar modificando los canales de sodio voltaje-dependientes.
La toxina libre, no unida a la membrana plasmática, se elimina mediante opsonización vía sistema retículo-endotelial (principalmente en riñón e hígado) o se degrada a través de las proteasas de los lisosomas.
A nivel sistémico, como se ha mencionado antes, provocan una parálisis que puede desembocar en la muerte.
[9] Estas toxinas inducen una gran variedad de efectos farmacológicos, tales como hemólisis directa y contracción del músculo esquelético; además, poseen efectos cardiotóxicos y citotóxicos.
Las enzimas de alto peso molecular se clasifican como metaloproteinasas con dominios tipo desintegrina y ricas en cisteína.
La PLA2 cataliza la hidrólisis dependiente de calcio del enlace éster 2-acil, produciendo ácidos grasos libres y lisofosfolípidos.
El ácido aspártico en la posición 49 (Asp49) es altamente conservado, jugando un papel crucial en la estabilización del estado intermedio de transición tetrahédrico en las PLA2 catalíticamente activas.