La Milicia de la Inmaculada está abierta para todos los católicos y motiva a la consagración o entrega total a la Virgen María por la conversión propia y del mundo.
[6] La asociación creció y se esparció por múltiples países.
[2] En los actuales estatutos del movimiento se define claramente su finalidad: "El fin de la M.I., universal como su misión, consiste en colaborar a la conversión y la santificación de todos, proporcionando la máxima gloria a la Santísima e indivisible Trinidad (cfr.
viven la propia vocación bautismal acogiendo el don del Redentor de la Cruz: “Ahí tienes a tu madre” (Jn.19, 27) y se entregan y se dan totalmente a la Inmaculada en vista de la propia santificación y para colaborar en su misión materna de orientar a Cristo el corazón de cada hombre.
Jn 19,25-27), de forma que la vida del discípulo, desde aquel momento, se caracteriza por su presencia materna (cfr.
es una asociación cuyos miembros, con San Maximiliano, contemplan en María Inmaculada la belleza incontaminada con la que el Padre nos ha pensado en Cristo desde la creación del mundo, cuando nos eligió en él ser santos e inmaculados en presencia de su amor (cfr.
MC 17-20), ellos procuran vivir: - la escucha de la Palabra de Dios; - la oración litúrgica y personal; - la caridad hacia todos; - la consagración del proprio ser, para colaborar con Cristo en la salvación del mundo.
renuevan cada día su consagración a la Inmaculada y recitan la jaculatoria: “Oh, María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti y por cuantos a ti no recurren, en particular por los alejados de la Iglesia y por cuantos te son encomendados”, unida a las intenciones propuestas mensualmente por el Centro Internacional.