Consiste en una milanesa, habitualmente de carne, llevada al horno para ser recubierta como una pizza, con rodajas de tomate y queso mozzarella, añadiendo diversos ingredientes (como jamón o cebolla).
[4] El restaurante Nápoli era propiedad de Jorge La Grotta y se encontraba en Buenos Aires, sobre la calle Bouchard, entre la Avenida Corrientes y la calle Lavalle, frente al popular estadio de boxeo Luna Park.
[4] En la gastronomía argentina existe la leyenda, poco probable,[5] de que el origen de este plato se debió a un error del cocinero, quien quemó la milanesa y no quedaba otra en el local.
Para no desairar al cliente, La Grotta le ordenó a su asistente quitar el pan rallado quemado y cubrir la milanesa con salsa de tomate, jamón y queso, para gratinarla luego con un golpe de horno.
La leyenda concluye diciendo que al cliente le gustó tanto la nueva versión que, a partir de ese momento, El Nápoli la incluyó en la carta como especialidad de la casa.