Mil soles espléndidos

Mariam, sin embargo, pasa toda su infancia esperando ansiosamente la visita de su padre cada jueves.

Mariam espera durante horas a la puerta de su kolba, pero su padre no aparece.

Antes de partir definitivamente de Herat, Mariam le pide a su padre que jamás vuelva a visitarla y le advierte que, desde ese momento, jamás podría reconocerle como padre.

Cuando empieza con las pérdidas, su relación con Rashid da un giro drástico; este deja de ser cordial con ella, la maltrata física y psicológicamente.

Laila es una niña preciosa que vive en la misma calle de Rashid y Mariam.

Cuando Laila tenía dos años, sus hermanos partieron hacia Panyshir para unirse a los muyahidín y luchar contra la ocupación soviética de Afganistán.

Rashid acoge en su casa a Laila y entre Mariam y él logran curarle las heridas; pocos días después, Mariam le anuncia la visita de un hombre que dice haber conocido a Tariq.

Lamentablemente, Tariq no aguanta las heridas y muere valientemente en el hospital, dando todo su esfuerzo por sobrevivir.

Entretanto, Rashid le ofrece la posibilidad de casarse con él para tener un hogar.

Laila acepta su proposición y decide hacer pasar a su futuro bebé por hijo de Rashid.

En un primer momento, Mariam no soporta la situación que está viviendo en su propia casa.

Rashid, tras enterarse del embarazo de Laila, comienza a tratarla como una malika (reina) y a Mariam como una esclava que debe cumplir sus órdenes y las necesidades de Laila.

Es entonces cuando Mariam y Laila empiezan a establecer una relación que les unirá de por vida.

Ambas huyen hacia Peshawar, en Pakistán, pero un hombre desconocido al que habían pedido ayuda las traiciona y delata ante la policía; tras ser detenidas, son devueltas a la casa de Rashid.

Esta vez será un varón, Zalmai, quien, desde el primer momento, acapara todas las miradas de su padre.

Además, la zapatería de Rashid se incendia y la familia queda sumida en la miseria.

Ese mismo día, Zalmai le cuenta, inocentemente, a su padre que habían recibido la visita de un señor cojo.

Mariam, por su parte, decide entregarse a los talibanes, confiesa el crimen y es ejecutada en público.