Y las montañas hablaron

Publicada originalmente en mayo de 2013 por Riverhead Books, y traducida por Ediciones Salamandra, la novela se desvía del estilo de Hosseini en sus dos primeras obras, al elegir evitar centrarse en un solo personaje.

Hosseini manifestó sus intenciones de hacer a los personajes más complejos y moralmente ambiguos.

Como era la tercera novela de Hosseini que se publicaba en seis años, Y las montañas hablaron era un libro muy esperado.

[1]​ Recibió críticas favorables previas a la publicación y se prevé que sea otro éxito de ventas.

[4]​ Khaled Hosseini nació en Afganistán, pero abandonó el país en 1976 a la edad de 11 años.

[6]​ La novela comenzó muy, muy pequeña, y se inició con una sola imagen en mi cabeza que yo simplemente no podía apartar.

[7]​ Afirmó que sus sucesivos viajes a Afganistán influyeron también en su escritura, aunque fuese involuntariamente.

La mayor, a quién calculó unos seis años de edad, actuó como una figura materna para la más joven.

Hosseini dijo que su vínculo fue el fundamento de la relación entre Abdulá y Pari en la novela.

Hosseini se trasladó en un viaje de cinco semanas a 41 ciudades en todo Estados Unidos para promover el libro.

Esta había crecido como la hija menos favorecida, en contraste con su bella hermana melliza Masuma.

Sabur se casa años después con otra jovencita (la madre de Abdulá y Pari).

Sabur, luego de tantas dudas, termina aceptando la oferta debido a la dura crisis económica que sufría, sabiendo además del invierno que se avecinaba y la venida de su nuevo hijo.

Posteriormente Nabi pasa los siguientes 50 años trabajando para el señor Wahdati y lo ayuda a morir cuando ya no tiene posibilidades de curarse.

Suleimán deja como heredero de su hogar y bienes a su fiel amigo Nabi.

Marcela Valdés, del Washington Post, expresó: es difícil hacer justicia a una novela tan rica con un pequeño comentario.

Esta crítica literaria pensaba que Pari estaba destinada a ser la protagonista de la historia, pero el cambio de enfoque en las numerosas otras personalidades dejó un chirrido a través del desorden.