El MiG-1, considerado como un tipo intermedio en el desarrollo de los cazas soviéticos, fue fabricado hasta 1941, cuando surgieron los más modernos Yakovlev Yak-1.
El segundo de los diseños fue el Mikoyan-Gurevich MiG-1, aparecido inicialmente con un motor Mikulin AM-35A o con un AM-37.
Este aparato desarrollaba una velocidad máxima de casi 630 km/h, de modo que la URSS se convirtió en poseedora del interceptor más rápido del mundo durante 1940-41.
Este aparato presentaba varias deficiencias, a consecuencia de ello, solo se montaron 100 ejemplares.
Los defectos principales eran la inestabilidad, escaso alcance y vulnerabilidad frente a daños en combate, lo que llevó a unas modificaciones que desembocaron en el Mikoyan-Gurevich MiG-3.