En 1932, con quince años, se inició como vocalista en la agrupación "Los Carameleros".
Durante los años cuarenta desarrolló una intensa vida artística, vivió dos años en Panamá y en 1949 se estableció en Nueva York, como director de la orquesta del trompetista Félix Chappottín.
Trabajó con iconos de la música cubana como Beny Moré y en 1956 viajó a Caracas a trabajar con el “Bárbaro del Ritmo” con el conjunto “La Tribu”.
En el año 1960 retornó a Nueva York, donde realizó diversas presentaciones, incluyendo el célebre “Palladium”.
Algunas de las melodías que alcanzaron popularidad en su voz fueron Con maña se rompe, No hay amor sin caridad, Viejo Socarrón, Nos estamos alejando, Canallón, Quimbombó, Yo sí como candela, Ay qué Canuto, Ya tú ves campeón, Cuento na' ma, Mi son, mi son, mi son, Alto Songo, Canto al monte, Cuchillo para la piña cubana, Sacando palo del monte, Camina y prende el fogón, Rompe Saragüey, Convergencia, La protesta de Baraguá, Todos bailan con la guajira, Cárdenas, Guachinango, El carbonero, entre otras, la gran mayoría grabadas con el conjunto Chappottín y sus Estrellas, grupo con el que logró gran proyección y en el que cantó hasta su muerte.