Debido a que para su padre era difícil el idioma español, se le dificultó ejercer su profesión de abogado.
Sin embargo, buscó una solución para trabajar y creó una fábrica de botones hechos a mano.
En el documental “Mentes brillantes” Miguel Kiwi declara “sentirse completamente judío".
Comenzó a realizar investigación en la Universidad de Chile el año 1962.
En el año 2007 obtuvo el Premio Nacional de ciencias exactas de Chile, también el gobierno Argentino le otorgó el Premio a la cooperación internacional en ciencia, tecnología e innovación "Dr. Luis Federico Leloir" Además accidentalmente, se convirtió en el vocero de un grupo de adultos mayores cuando quiso cambiar la tarjeta de crédito par ir a un congreso científico a Estados Unidos y este fue negado por su banco debido a su edad, representando a muchos que estuvieron en las mismas condiciones.