Michel de Ghelderode
Es el creador de un universo fantástico e inquietante, a menudo macabro, grotesco y cruel.[1] Colegiado y ascendido a un órgano católico de Bruselas, el instituto de San Luis, vive en un ambiente religioso que lo aterra, y cuando pierde la fe en Dios, en plena adolescencia, seguirá creyendo en cambio en el poder del mal.Escribe: "Mucho me amenazaron al mismo tiempo, mis padres y los sacerdotes, y mi vida se construyó sobre lo peor (...) El cura protestaba en el sermón donde se nos reunía cada noche, como a acusados en un juicio.Posteriormente será reemplazado por otras obras que conocerán el éxito en esta ciudad, las de Beckett e Ionesco.Pero se representarán varias de sus obras por todas partes del mundo: en Bruselas, Roma, Milán, Ámsterdam, La Haya, Dublín, Cracovia, Alemania, Austria, Inglaterra, España, Noruega, Dinamarca, Polonia y también en otros continentes: en Nueva York, Chicago, Buenos Aires, Río de Janeiro, Bogotá, Montreal, Tel-Aviv y también en Japón.