Michael Ventris

Más tarde se dio cuenta de su error y buscó otras posibles explicaciones en lenguas afines, como el griego clásico, hacia donde dirigió sus esfuerzos desde entonces.

Pasó varios años probando distintas combinaciones de signos, manteniendo abundante correspondencia con varios expertos (como la doctora estadounidense Alice Kober) y leyendo las copias de las distintas tablillas publicadas en revistas arqueológicas (como Scripta Minoa I y II).

Se creó un pequeño grupo de estudiosos que regularmente compartían sus notas sobre su trabajo en la Lineal B y así puede comprobarse el avance progresivo en el desciframiento.

Días más tarde se reunió con el especialista en lenguas clásicas, John Chadwick, con quien pudo descifrar y comprender plenamente la Lineal B.

Su primer trabajo conjunto apareció en el año 1953 en la revista The Journal of Hellenic Studies.