Gran parte de Apamea fue destruida en el terremoto del 115, pero posteriormente fue reconstruida.
La ciudad fue saqueada y destruida por los sasánidas de Cosroes I en 540.
La conquista árabe de la región hizo huir a todos los funcionarios del Imperio bizantino, incluidos los obispos.
Sin embargo, la comunidad cristiana no desapareció y se conoce al obispo Jorge que en 711 pasó a regir la sede de Martirópolis.
Apamea fue la cuarta metrópolis en precedencia del patriarcado de Antioquía.
[8] Michel Le Quien en Oriens christianus (1740)[9] y Robert Devreesse en Le patriarcat d’Antioche depuis la paix de l’Église jusqu’à la conquête arabe (1945)[10] mencionan las mismas diócesis sufragáneas.
Las fuentes documentan la presencia de al menos nueve metropolitanos jacobitas entre los siglos VIII y XIII,[12] y está documentada también la existencia de obispos en el siglo VII.