El primer intento por normalizar la situación fue la creación de un mercado ubicado frente a la plaza Manuel Recabarren.
Sin embargo, el recinto no contaba con las condiciones para desarrollar la actividad y la empresa fracasó.
[7] En 2002 y 2003, el alcalde René Saffirio realizó, en la fachada, una remodelación ambientada en la cultura mapuche, sin alterar la estructura original de la edificación.
[6] Dicho trabajo costó doscientos veinticinco millones de pesos chilenos (trescientos veintisiete mil dólares estadounidenses).
Las autoridades declararon que un nuevo edificio se levantaría respetando el diseño original, y decretaron el congelamiento de los impuestos para los arrendatarios del Mercado.
[6][7][4][5] En ciento diez locales se ofrecían artículos de cestería, madera, piedra, greda, lana, cueros o metales.
[6][7][16][17] Entre los locales externos, se contaban heladerías, panaderías, librerías y tiendas de artículos electrónicos, entre otros.