Se considera habitualmente que es el inventor de la clase de sátira denominada en su honor sátira menipea, escrita alternando verso y prosa.
Aunque su doctrina se ha clasificado como cínica, presenta rasgos cercanos al hedonismo.
Se conocen muy pocos datos biográficos sobre su trayectoria vital.
Natural de Gadara, en Celesiria,[1] lugar natal del filósofo epicúreo Filodemo y del epigramático Meleagro, fue esclavo, según afirma Acaico en sus Morales; Diocles de Magnesia agregó que su amo fue póntico y se llamó Bato; libertado, se naturalizó tebano y se enriqueció con la usura, pero perdió todo su dinero; el poco fiable Diógenes Laercio le atribuye una muerte por suicidio[2] y varias obras que él mismo califica de atribución insegura y "llenas de chocarrerías, como las de Meleagro, coetáneo suyo", a saber, Funerarias, Testamentos, Cartas elegantes, En persona de los dioses, A los físicos, matemáticos y gramáticos, La generación de Epicuro, La supersticiosa celebración epicúrea del día vigésimo del mes, todas perdidas y de las cuales no subsisten sino fragmentos.
Su obra fue lo bastante significativa como para inspirar las Sátiras menipeas del escritor romano Marco Terencio Varrón y servir de personaje e inspiración a escritores de diálogos satíricos como Luciano de Samosata en sus Diálogos de los muertos, el Icaromenipo y otras obras.