Memorias de un perro escritas por su propia pata (1893), novela picaresca y costumbrista del escritor chileno Juan Rafael Allende.
Ese mismo año la novela era editada como libro.
El protagonista se llama originalmente Rompecadenas, pero va cambiando de nombre a medida que cae en poder de un nuevo amo.
Así Rompecadenas pasa de una casa elegante a manos un inválido de guerra que lo hace bailar al son de melodías militares, para ser descubierto por un empresario circense, o ser adoptado por una desagradable comunidad conventual.
Su último nombre, Can-pino, que le dieron los frailes, es una alusión burlesca al presbítero Luis Campino, encargado en aquellos años de reimpulsar la educación católica chilena.