Cuando tal membrana se contrae y se arruga causa una deformación y una progresiva distorsión de la mácula misma con los consecuentes defectos visuales.
[1] En el momento en el cual comienza a hacerse notar esta afección se nota una leve distorsión de las imágenes y de los textos escritos con caracteres (letras, números etc.) más pequeños (las líneas parecen onduladas).
Cuando la tracción ejercida por la membrana epirretinal aumenta sobre la mácula la lectura de los textos deviene mucho más difícil.
La evolución de esta enfermedad (mientras no sea curada) deviene en una mancha (o un escotoma) que impide la visión central.
El diagnóstico se realiza mediante el examen del fondo ocular por parte del oftalmólogo, examen que permite visualizar la membrana y su desarrollo.