En 1953 dirigió su primera película, Ci troviamo in galleria, en la que actuaron dos grandes estrellas del cine italiano: Alberto Sordi y Sophia Loren.
En La viaccia (1961) adapta la obra de Mario Pratesi y lo hace con un suntuoso estilo casi viscontiano para reflejar los paisajes de la Toscana, interpretado por Jean-Paul Belmondo y Claudia Cardinale.
Este estilo personal se manifiesta también en películas como L'assoluto naturale (1969), Libertad, amor mío (1973), Hechos de gente de bien (1974), L'eredità Ferramonti (La herencia Ferramonti) (1976), La storia vera della signora delle camelie (1981) y La villa del venerdì (1991).
Claudia Cardinale desborda pasión en la película Libertad, amor mío (1973), donde aborda muy bien su papel, intensa mujer casada con un hombre que sufrirá las consecuencias del carácter fuertemente anarquista y revolucionario de su mujer, Líbera Valente, siempre rebelde y vestida de rojo.
Excelentes actuaciones de Isabelle Huppert, Gian Maria Volonté y Bruno Ganz.
En este caso, el estilo avanza hacia el grotesco, no sólo en las interpretaciones, sino por el desempeño de roles femeninos y masculinos de tres reconocidos actores.