Los comisionados, Juan Moyano y Manuel de la Presilla, consiguieron que Guiñazú aceptase las propuestas, para que disolviese su gente, entregara las armas al comandante y reconociese al nuevo gobierno provincial.
[cita requerida] Los defensores de la plaza rechazaron, el ataque y, saliendo de sus fortificaciones, llevaron una carga decisiva contra los invasores, dispersándolos y tomando algunos prisioneros, los cuales fueron fusilados en el acto.
Hasta el mismo coronel Guiñazú cayó prisionero, siendo vigilado constantemente en su prisión.
Los dispersos se juntaron nuevamente, y seguían en lucha con las ligeras partidas que los perseguían; pero, como las luchas se prolongaron indefinidamente, el gobernador Gómez propuso a Guiñazú un convenio para que hiciera cesar aquella campaña, poniéndolo en libertad y acordando un indulto general y las garantías más amplias para todos.
Aceptado el convenio, Guiñazú consiguió la pacificación de la campaña, después de la cual se retiró, tranquilamente, a su casa en Santa Bárbara (Actual San Martín).Antes al finalizar su gobierno firmó el Pacto del Litoral.