En muchas regiones de Armenia incluso en el siglo XXI, esta síntesis cristiano-pagana se realiza muy a menudo eligiendo los animales del sacrificio delante de las puertas de las iglesias.
[1] El ofreciemiento contiene dos ingredientes: el animal a sacrificar (debe ser un macho) y la sal.
La carne no debe conservarse más de un día.
La sal debe ser consagrada para que purifique la elaboración del matagh y que se diferencia del sacrificio pagano.
La carne de los animales sacrificados se cuece en una salmuera sólo.