Todavía aparece con el mismo aspecto en los bajorrelieves babilónicos, egipcios y griegos, demostrando de este modo la gran difusión que tuvo en tiempos tan remotos.
El pelaje, cualquiera que sea su longitud o su color, debe desprender suciedad y olores.
Los perros criados en Occidente son generalmente más tranquilos, aunque todavía algo distantes con los extraños.
No se recomienda dejar a un mastín tibetano afuera toda la noche con vecinos cercanos.
A menudo duermen durante el día, lo que los hace más activos, alertas y conscientes por la noche.
La actitud protectora de los mastines tibetanos requiere vigilancia y planificación por parte del dueño, para evitar contratiempos cuando el perro simplemente reacciona como guardián.
Otras líneas más consanguíneas producen perros poco saludables y de vida corta.