Las tropas norcoreanas detuvieron a los estadounidenses en el cerro y los trataron bien en un inicio; sin embargo, una vez que tropas estadounidenses adicionales empezaron a avanzar hacia la posición de las norcoreanas intentaron movilizar a los prisioneros más allá del río y fuera del campo de batalla.
Comandantes estadounidenses emitieron mensajes radiofónicos y lanzaron panfletos que demandaban que los altos mandos norcoreanos se hicieran responsables del desastre.
Los comandantes norcoreanos, preocupados por la forma en que sus soldados estaban tratando a los prisioneros de guerra, dispuso directrices más estrictas para el manejo de los cautivos enemigos.
[3] Durante el primer mes después de esta derrota, la 24º División de Infantería fue repetidamente derrotada y forzada hacia el sur por el equipamiento y fuerzas superiores norcoreanas.
[4] La División presentó una última batalla en Daejeon, donde fue casi completamente destruida, pero retrasó a las fuerzas norcoreanas hasta el 20 de julio.