(Tras el nombre, figura la edad de cada víctima en el momento del atentado) Inmediatamente después del atentado, el Gobierno presidido por Francesco Cossiga y las fuerzas de policía atribuyeron la explosión a causas fortuitas y, más tarde, la atribuyeron a las Brigadas Rojas.
Se comprobó que los servicios secretos del Estado habían puesto pistas falsas para entorpecer las investigaciones.
En años posteriores, causó numerosas polémicas y aparecieron teorías conspiratorias relacionadas con la llamada estrategia de la tensión.
Fueron condenados a cadena perpetua, como ejecutores del atentado, los terroristas neofascistas Valerio Fioravanti y Francesca Mambro, que siempre se han declarado inocentes.
La Policía Nacional española detiene en Marbella a una integrante de la organización terrorista neofascista italiana Núcleos Armados Revolucionarios.