La masía está formada por un conjunto de edificaciones añadidas y adosadas al edificio principal -de planta rectangular y compuesto de planta baja, piso y desván-, todas rodeadas por un baluarte.
Su situación, una colina, la hace visible desde muchos puntos del término municipal.
A lo largo de los siglos, dicha fortificación se convirtió en esta importante masía dentro del término municipal de Santa Margarita y Monjós.
Ya desde el siglo XI se tiene constancia de que la fortaleza pertenecía a la familia Santa Oliva, como se menciona en el testamento de Gombau Ramón de Santa Oliva del año 1097, en el que éste le cedió a su hermano la Fortitudine de Penna Fedel.
A finales de los años 90, la masía fue totalmente reformada y se convirtió en una villa residencial.