Mary and Max

Aunque al inicio de la película se dice que está basada en hechos reales, la verdadera inspiración es la relación por carta que el director tuvo durante unos 20 años con un amigo de Nueva York.

[1]​[2]​ Las voces fueron grabadas por Toni Collette, Philip Seymour Hoffman, Eric Bana y Bethany Whitmore, con la narración de Barry Humphries.

Mary Daisy Dinkle es una niña australiana con baja autoestima que vive en soledad.

Cuando recibe la carta de Mary, responde y pronto se hacen amigos, pues al principio comparten la afición por los dulces y por la serie televisiva The Noblets, de la que Max colecciona los muñecos oficiales.

Cuando Mary alcanza la edad adulta, inspirada por el síndrome diagnosticado a su amigo, decide estudiar psicóloga.

Mientras tanto, en Nueva York, Max gana la lotería, con cuyo premio decide comprar suministros de chocolate para toda la vida y los muñecos que faltaban en su colección de The Noblets, y donar el resto del dinero a su vecina ciega que, animada por su nueva vida, acaba por morir en un accidente de propulsor individual.

Max se enfurece por ello pues, según su opinión, no padece ninguna enfermedad; la considera una parte más de su personalidad con la que ha aprendido a convivir.

Mary devuelve el tipo "M" a su máquina de escribir, se sienta junto a él y mira hacia arriba, mismo lugar al que parecía mirar Max antes de fallecer.

Emocionada por lo que su amistad significaba para él, llora con un sentimiento encontrado de tristeza y alegría.

El compositor Dale Cornelius completó esta selección escribiendo algunas piezas originales.