Marthe Robert decidió aprender alemán porque su padre, que había combatido en la Primera Guerra, se hizo un militante pacifista.
Fue a partir de entonces una gran traductora por gusto personal, aunque también una periodista y una lectora sutil e influyente.
Se considera que Robert fue una traductora central de Kafka, pues empezó a trabajar sobre sus textos cuando no era bien conocido aún.
Se convirtió en una analista fundamental del autor checo-alemán, al que dedicaría seis ensayos de gran densidad y penetración.
Pero además hizo una lectura a la vez personal de la literatura (Roman des origines et Origines du roman, 1972), no exactamente psicoanalítica, pues prefirió siempre referirse a la "novela familiar" del autor elegido en cada caso.