Martín de Saavedra Galindo de Guzmán

En Santafé (la actual Bogotá) promovió la fundación de un hospicio,[1]​ debido a que tanto indios como españoles abandonaban a los niños «en las calles públicas, en las puertas y puentes y en otras partes solitarias donde no sólo no son acogidos, sino comidos y despedazados de perros y otros animales».Era hombre liviano, bebedor y un don Juan irrefrenable.[1]​ Al finalizar su gobierno afrontó un largo y espinoso juicio de residencia: estuvo preso y fue condenado a pagar varias multas.[1]​ Se le probaron, entre otros cargos, los de vivir «en mal estado» con una mujer casada, violar a una doncella, exigir intereses por sus salarios y cobrar cohechos de los indígenas por eximirles de trabajar en las minas.Pero pudo regresar a Madrid, donde murió poco después.