Hijo de Martín Martínez Callao y Francisca Pascual Amposta.
Enviado al Colegio de San José, al llegar el verano de 1936 se trasladó a su casa para pasar las vacaciones y al desatarse la persecución contra el clero católico, vivió en la casa de unos amigos y en una cueva.
Durante el camino en Valdealgorfa los ejecutaron a todos de espaldas, excepto a Martín, que pidió morir de frente.
Martín respondió: «Yo no quiero sino daros mi bendición para que Dios no os tome en cuenta la locura que vais a cometer».
[1] Esta fue hecha en Siétamo o sus alrededores, muy lejos del lugar donde fue ejecutado Martínez Pascual.