Se licenció en teología en la Facultad de Teología de Friburgo (Suiza) en 1974 y se doctoró en 1979 en la misma universidad con la tesis La fe como inmortalización.
Más tarde, en el 2008, ha apadrino en la Real Academia a otro dominico, fray Ángel Martínez Casado.
La escatología no se separa nunca del quehacer diario.
Sus inquietudes teológicas le llevan actualmente a una seria reflexión de la relación entre la fe y la ciencia.
Y es que sin duda está influido por autores que han dibujado su pensamiento teológico o han marcado el camino; Santo Tomás de Aquino, Lutero, Søren Kierkegaard, Edward Schillebeeckx, Miguel de Unamuno, Zubiri, son solamente algunos de los muchos nombres que son referencia para entender su teología.