«Nos, Alfonso, Rey de Aragón, Sicilia, Valencia, Jerusalén, Hungría, Mallorca, Cerdeña… Teniendo en cuenta los buenos servicios prestados a nuestra majestad y a los gastos sufridos en ello por vos, nuestro querido Jaime de Malferit, milite(caballero), lugarteniente del Reino de Valencia de más allá del Júcar, y por nuestro querido camarero Francisco de Malferit, vuestro hijo, que desde hace mucho tiempo participó en la empresa de este Reino de Sicilia de una manera magnífica y que en el presente sigue prestando y espero que también en el futuro.
Por el tenor de la presente os otorgamos del mejor modo posible, para vos, Jaime de Malferit y para vuestros sucesores toda la jurisdicción civil y criminal, alta y baja y el mero y mixto imperio y su ejercicio en vuestro lugar de Ayelo.....28 de marzo de 1445» Durante los siglos posteriores fueron aumentando su importancia en el Reino de Valencia, incorporando nuevas casas nobiliarias: Tal fue el patrimonio acumulado que, al final del Antiguo Régimen, era la familia con mayor número de vasallos en el Reino de Valencia junto al marqués de Dos Aguas y el duque de Gandía.
Sin embargo, en esa fecha el marqués de Malferit, Pascual Mercader Roca solicitó reiteradamente a la reina el ser desposeído de la dignidad de la grandeza que llevaba aparejada la merced nobiliaria, y ello debido a la imposibilidad manifiesta de poder satisfacer los impuestos derivados de tal dignidad.
Volvió a recuperarse mediante pleito entablado por su viuda en favor de sus dos hijos, Antonio y Julia, futura condesa de Buñol, título del que había sido desposeído el anterior titular por esa escasez de recursos o por ese afán en no querer afrontar el pago de los impuestos.
Por ello llama la atención que por esas fechas se le declarase como el mayor terrateniente según el padrón de Valencia.